A veces la calma cuesta muchas tormentas
Hablemos de las tormentas emocionales.
Las tormentas emocionales son esos momentos de tu vida (no importa cuánto duren. Un día, un año o una década) donde a pesar de que trates de hacer como que todo está bien, tenés una sensación de vacío interesante, un desorden mental importante y una angustia difícil de ocultar en un área particular de tu vida. La tormenta emocional no necesariamente significa que tu vida es un gran quilombo, sino que hay una parte, una área, un tema donde no hay paz y calma.
Las tormentas emocionales, son una cagada (necesaria, pero cagada al fin), porque te enfrentan a la verdad. Esa verdad donde vos sabes perfectamente que hay algo que todavía no resolviste, y aunque intentes negarlo con todas tus fuerzas sabes que todavía hay trabajo por hacer. Sin importar todo el trabajo que ya hayas hecho.
Es un embole cuando uno está viviendo una de estas tormentas porque no importa a donde vayas, con quien estes o que hagas, la tormenta parece seguirte a donde sea.
Todos hemos vivido una de estas tormentas y seguiremos viviéndolas. Son parte fundamental del crecimiento, del avanzar y del convertirnos en una mejor versión de quienes fuimos y somos.
Las tormentas emocionales nos obligan a pensar, a cambiar y a adaptarnos a una nueva realidad. Nos incomodan y nos hacen sentir vulnerables. Nos provocan miedos irracionales y muchas veces no las podemos terminar de entender.
Pero como cualquier tormenta, además de caos, traen paz, traen aires de renovación y si las sabés atravesar, traen la posibilidad de resolver de una buena vez esas cosas que no pudiste resolver un tiempo atrás.
Si estás atravesando una tormenta emocional en algún área de tu vida, no te preocupes. No estas solo y no sos el único al que le pasa. Todos necesitamos del caos y el “barro emocional” que traen estas tormentas para crecer y evolucionar.
Feliz Tormenta. 💙
Las tormentas emocionales son esos momentos de tu vida (no importa cuánto duren. Un día, un año o una década) donde a pesar de que trates de hacer como que todo está bien, tenés una sensación de vacío interesante, un desorden mental importante y una angustia difícil de ocultar en un área particular de tu vida. La tormenta emocional no necesariamente significa que tu vida es un gran quilombo, sino que hay una parte, una área, un tema donde no hay paz y calma.
Las tormentas emocionales, son una cagada (necesaria, pero cagada al fin), porque te enfrentan a la verdad. Esa verdad donde vos sabes perfectamente que hay algo que todavía no resolviste, y aunque intentes negarlo con todas tus fuerzas sabes que todavía hay trabajo por hacer. Sin importar todo el trabajo que ya hayas hecho.
Es un embole cuando uno está viviendo una de estas tormentas porque no importa a donde vayas, con quien estes o que hagas, la tormenta parece seguirte a donde sea.
Todos hemos vivido una de estas tormentas y seguiremos viviéndolas. Son parte fundamental del crecimiento, del avanzar y del convertirnos en una mejor versión de quienes fuimos y somos.
Las tormentas emocionales nos obligan a pensar, a cambiar y a adaptarnos a una nueva realidad. Nos incomodan y nos hacen sentir vulnerables. Nos provocan miedos irracionales y muchas veces no las podemos terminar de entender.
Pero como cualquier tormenta, además de caos, traen paz, traen aires de renovación y si las sabés atravesar, traen la posibilidad de resolver de una buena vez esas cosas que no pudiste resolver un tiempo atrás.
Si estás atravesando una tormenta emocional en algún área de tu vida, no te preocupes. No estas solo y no sos el único al que le pasa. Todos necesitamos del caos y el “barro emocional” que traen estas tormentas para crecer y evolucionar.
Feliz Tormenta. 💙
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