Cuestionarse es la única salida

En la vida, la única forma de crecer y avanzar y mejorar es cuestionándonos. Y cuestionarse es una de las cosas más difíciles de hacer porque implica a veces encontrar respuestas que no queremos encontrar. Y a veces también cuestionarse es no encontrar ninguna respuesta.

Cuestionarse es darse permiso para preguntarse pero también, es darse tiempo para responderse. Para saber lo que queres, lo que necesitas. Lo que ya no queres. Para aceptar y para hacer algo al respecto. Cuestionarse es encontrar una solución y a veces es también, tener que lidiar con el “no se”. Con el vacío que existe entre una cosa y la que viene.

Y déjame aclarar algo, para cuestionarse no hay que esperar a “sentirse mal” o a “estar en crisis”. Por el contrario, deberíamos ser capaces de cuestionarnos lo “bueno” también. Porque cuando estas atravesando un “buen momento”, es el momento para frenar, ver, analizar y darte cuenta de cómo llegaste hasta ahí. Para valorar lo que “hiciste bien” y lo que tenés que seguir haciendo.

Cuestionarse es incómodo. Es duro. Es raro porque nadie nos enseña a preguntarnos y a respondernos. Pero cuestionarse es también de valientes. De gente que quiere más. Es para gente que no se conforma. Cuestionarse es para quienes quieren hacerse bien.

Porque si vos no te preguntas a vos mismo, vas a tener que preguntarle a otro. Y sabés que? Ese otro, no la tiene clara tampoco. Porque acá, en esta vida, nadie tiene la posta. La única posta es que todos estamos tratando de hacer lo mejor que podemos.