No tengo fuerzas para rendirme

 Hey!

De esta también vas a salir. Aunque ahora parezca que todo es confuso. Aunque no sepas CÓMO lo vas a lograr, aunque te estes muriendo de miedo y aunque estes a punto de tirar la toalla, léeme bien: de esta también vas a salir.

Y sabés porque? Porque no llegamos hasta acá para rendirnos. Porque para “rendirse” también se necesita tener huevos y fuerza y ganas de pudrirla y después encima tener que lidiar con las consecuencias y el arrepentimiento de haberte rendido. Porque sabes que? Nadie lleva en el alma el “rendirse”. Porque rendirse significa que no valoras nada de lo que te trajo hasta acá, aunque haya sido una verdadera m!erd#.

Porque no importa si ahora lo podes ver o recordar, pero en tu vida pasaste mil millones de momentos donde te sentiste parecido a como te sentís ahora y sabes qué? Si estás leyendo este post significa que fuiste mucho más fuerte que esa situación y la atravesaste. Aunque te haya dolido y costado un huevo y medio y hayas llorado y todavía hoy estes pagándole al psicólogo para que te ayude a superar el trauma.

Entonces, hoy solo te recuerdo que rendirse es para c@gones. Para mediocres que no merecen la gloria. Para gente que está acá, en esta vida, “de paso” y que no pretende nada más que “lo mínimo”.

Este post va dedicado a vos que necesitas una palabra de aliento, pero no una palabra de aliento pedorra de libro de auto ayuda. Una palabra de aliento honesta porque si estás acá, leyéndome, estoy segura de que estás dándolo todo para ser una mejor versión de vos mismo. Y entonces no estás para boludeces. Hoy, yo te digo que no te rindas. Que la banques un poco más. No pienses en mañana o el mes que viene.

Vayamos UN DÍA A LA VEZ

Feliz vida 💙