No duele para que sufras, duele para que cambies
La verdad es que sería hermoso que pudiésemos cambiar sin sufrir. Pero aveces no podemos.
A veces necesitamos que las cosas (personas, situaciones, actitudes) nos duelan, nos toquen, nos despierten.
A veces estamos tan convencidos de que “nuestra forma” es la mejor forma, de que tenemos la razón, de que sabemos todo, que necesitamos una cachetada de realidad y dolor para poder movernos de ahí y abrir la mente a otras opciones, personas, situaciones.
A veces hasta que no atravesamos la incomodidad del dolor, no nos damos permiso para cambiar. Es lamentable, pero así somos los seres humanos. Porque del dolor se aprende. Se crece y se sale sintiéndose un toro. Pero hay que saber sentirlo primero. Y después, correrse. Porque sino se puede caer en la victima.
Cuando algo duele, no duele para que suframos. Duele para que cambiemos. Para que nos movamos. Para que avancemos. Y cuánto antes nos demos cuenta, mejor.
Feliz vida 💙
Comments
Post a Comment