Eat

 Hablemos de la relación con la comida.

(Post con información que puede tocarte una fibra interna, así que leer con precaución).

Hoy finalmente quiero que charlemos de este tema que es uno de los temas más polémicos: la relación con la comida.

Cuando se acerca el verano llega también la frustración por el cuerpo y las millones de dietas de turno que intentan ponerle un parche a un problema que tiene una raíz de fondo.

Y sabes porque? Porque la comida, además de ser una relación que vamos a tener que mantener de por vida (vamos a comer hasta el último día de nuestra vida) es una relación que tiene una base PURAMENTE EMOCIONAL.

La comida no es solamente si comes una manzana o un churro con dulce de leche. La comida son recuerdos de tu infancia, es el placer, la vulnerabilidad, la necesidad biológica y el amor. Es todo eso y más. La comida son las asociaciones y recuerdos del inconsciente que ni sabes que tenes y haces día a día, momento a momento.

La comida es lo que elegís SEGÚN EL ESTADO DE ÁNIMO QUE TENGAS. La comida, lo que elegís comer, no es solo la comida. Sino también las emociones que te desbordan, la frustración que no sabes como gestionar. Es el aburrimiento y la negación a sentir.

La relación con la comida es una de las más complejas y sin embargo es la relación que más subestimamos en el día a día. Creemos que siguiendo una “dieta” vamos a poder sentirnos mejor y por fin ponerle un punto final a una lucha interna que arrastramos desde que tenemos memoria.

Lamento decirte, que si tenes una relación “amor-odio” con la comida, la única forma de mejorarla, es trabajando (además de tus elecciones cotidianas) tus emociones en torno a la comida y a tu vida en general.

El cuerpo sigue a la mente y por eso, si queres mejorar la relación con tu cuerpo, tenes que prestarle atención a tus emociones también.

Feliz vida de realidad. 💙

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