Si lo tenes que pensar mucho, la respuesta es no

 Cuando tenemos que decidir algo, muy pocas veces podemos distinguir entre lo que realmente queremos y lo que CREEMOS que queremos.

Todas esas cosas que tenés que pensar mucho, en general son un “no” rotundo si pudieses escuchar solamente a tu intuición ,a tu alma, a tu corazón o como quieras llamarlo.

Lo que nos resulta difícil de hacerle caso a nuestro instinto/sabiduría, es que muchas veces creemos que las decisiones tienen que “costar” y entonces entramos en el laberinto mental/emocional de basar nuestra decisión en lo que creemos que es posible (empezamos a pensar en cómo lo vamos a lograr, los pasos a seguir, etc) y nos olvidamos de prestarle atención a lo que deseamos, a lo que necesitamos. Nos enredamos en pensamientos que no tienen que ver con la decisión en si, y ahí estamos. Dando vueltas sobre lo mismo.

Esto no quiere decir que las cosas no hay que pensarlas, o que no haya decisiones que uno tenga que pensar antes de ejecutar. Esto quiere decir que cuando haya algo a lo que tengas que encontrarle explicaciones o justificaciones o cuando al pensar en decir “no” sientas una mínima paz mental, en lugar de seguir buscando la forma de que esa decisión sea un si, frena, escúchate y date permiso a decidir que “no”.

La próxima vez que tengas que decidir algo, ponete en modo cuestionador y pregúntate: “ Y si digo que no en lugar de seguir intentando decir que si?”.

Hay decisiones que no hay que pensarlas tanto. Hay ideas, sueños, personas que te incendian la piel y te vuelan la cabeza. Y esas, en general son las decisiones que nos cambian la vida. Entonces, en lugar de seguir intentando encontrar un si, decí que no y seguí tu camino. Porque lo que es para vos, lo tenés en claro incluso antes de que te lo pregunten.

Lo que hace (o quién haga) que tu alma se prenda fuego, es lo único que merece todos tus SI.

Feliz vida de decisiones que nos incendien el alma y nos vuelen la cabeza. 🔥

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