Si no te animás a decidir, no culpes al destino
“Si no te animas a decidir no culpes al destino”... aplaudo de pie esta frase.
Mil veces, millones de veces nos escondemos detrás del “si tiene que ser va a ser” o cualquier otro tipo de excusa espiritual, cuando en realidad muchas veces no nos animamos a decidir. Muchas veces la clave está en lo que justamente no estamos decidiendo. En lo que no nos animamos a elegir.
Y entonces entramos en esta especie de justificación mediocre donde dejamos todo librado al “azar” o al destino.
Y si bien yo creo 100% en que lo que es para uno nunca pasa de largo, también creo que hasta que no hacemos nuestra parte, El Destino/Dios/La Energía o quien sea, no puede ajustar las piezas para lo que si nos corresponde.
Decidir, elegir, hacerse cargo, es una de las cosas más difíciles de ser un ser humano. Porque implica elegir una y des-elegir otra. Y ahí la mente empieza a volverse loca con planes y suposiciones sobre cuál alternativa va a ser “la mejor”. Pero a la vez, elegir, es una de las más gratificantes.
Salga “bien” o salga “mal”, cuando te animas a decidir, cuando te animas a elegir, te convertís en “hacedor” de tu propia historia. Dejas de esperar y empezas a ser.
Hoy, anímate a pensar en todas esas cosas que no estas eligiendo por miedo, por falta de coraje, por justificaciones que carecen de sentido para tu alma y solo tienen sentido para tu mente.
Porque el primer paso para decidir, es darse cuenta de que no siempre la mente y el corazón desean lo mismo.
Feliz vida💙
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