¿Hasta dónde te animas a cambiar?
Sabes por qué a veces intentas cambiar algunas cosas y no podes? O por qué algunos cambios llevan más tiempo que otros? O por qué aunque hables del tema y lo analices durante un año entero, al final no cambia nada?.
Simplemente porque cuando intentas cambiar SOLAMENTE el entorno (trabajo, casa, auto, pareja, etc) o tu comportamiento (cuando por ejemplo te propones que este año vas a ir al gym, o a correr, o vas a dejar de hacer x cosa) estás hablando de un cambio en la “superficie”. Un cambio que no tiene una “base profunda.”
Para que algo cambie en tu vida DE VERDAD hay que animarse a trabajar la base del problema: ósea, vos. Cómo vos pensas, analizas y percibís lo que te pasa en el día a día.
Por eso no importa cuántas cosas intentes HACER para cambiar.
Cuántas terapias o cursos hagas.
Cuántos libros de auto ayuda hayas leído o cuántas frases motivadoras repitas al día... hasta que no te animes a cambiar QUIÉN SOS (como pensas, percibís y analizas), hasta que no te animes a trabajar la base de tu vida (tu “iceberg”) y te la juegues por vos, nada, nada, nadaaaaaa va a cambiar en el fondo.
Y sabes que? Lo que no se cambia en la “raíz” (aunque no lo “veas”) no cambia.
Puede parecer que sí, pero si volves al mismo lugar (relaciones, conflictos, trabajos, jefes) una y otra vez, es que todavía hay trabajo personal por hacer.
Este año, ¿hasta dónde te animas a cambiar?
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