Por su seguridad no alimente a los egos
No se si a vos te pasa. Pero yo, a veces me olvido. A veces me subo a la “matrix” y me copo alimentando a mi Ego maleducado.
A veces me voy de mambo con la exigencia, y con la perfección. A veces me paso con el control, con la resolución. A veces “la vida” me engaña y me hace caer en esa huevada de querer saberlo todo y tenerlo todo resuelto. (Si. Y para ayer).
A veces me olvido de que hay un poder mayor. A veces me olvido de que no todo lo que brilla es oro. A veces me olvido de lo que aprendí en otras vidas y me cuesta confiar.
A veces me olvido de que todos estamos acá para aprender y me enojo con la gente que intenta “hacer ciertas cosas”. A veces me enfurezco con otros que parecen querer “cagarme la existencia” y me “enbronco” sola.
Y en general, después de un rato, me rio. Me rio porque me acuerdo de que soy un alma que tiene un Ego, porque es necesario para esta experiencia de ser un ser humano, pero que en verdad no somos ese Ego.
Me acuerdo de que a todas las personas que nos cruzamos, ya las conocemos de otra vida, y me vuelvo a reír. Porque me acuerdo que acá, usamos todos disfraces.
Y cuando veo que mi ego empieza a “engordar” hago lo que no haría ni loca con mi cuerpo: lo pongo a dieta estricta.
Si. Pongo a mi Ego a dieta estricta de pensamientos, libros e ideas que me ayuden a recordar, que somos un alma y que estamos de paso. Que esto es solo una percepción y que mejor, disfrutemos lo que hay hoy. Porque tal vez mañana no estemos acá.
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