No se trata de salir de tu zona de confort sino de ampliarla
Seamos honestos: la famosa “zona de confort” es lo que nos gusta, lo que conocemos, lo que “sabemos” y lo que (aunque a veces nos haga mal) nos hace sentir “seguros”.
Cada vez que nos pedimos “salir de la zona de confort” nos estamos pidiendo un “imposible” porque nadie quiere salir de donde se siente “bien”.
Es cierto que hay cosas que están “por fuera” de esa zona en la que te moves como “pez en el agua” pero para llegar a esas cosas, no necesitas “salir” de donde estás, sino que necesitas AMPLIAR tu zona de comodidad. Un paso a la vez, un día a la vez.
Tu “zona de confort” en algún momento fue algo que no conocías, o no tenías, o no sabias. Y sin darte cuenta se transformó en tu zona cómoda.
Entonces, no se trata de volverte loco haciendo cosas que te hacen sentir mega incomodo y que terminas por abandonar porque parecen imposibles de alcanzar. Se trata de ir ampliando muy de a poco lo que te resulta cómodo. Se trata de ir aprendiendo, de ir probando, de ir despacio (si. Des pa cio) encontrando otra manera de sentirte “cómodo”.
Y quien te dice, tal vez hasta encuentres eso que tanto deseas, más cerca de lo que te imaginas.
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