Está bien aprender a soltar pero también hay que esforzarse un poquito y no dejar que todo se vaya al carajo

 Todo bien con la idea del cambio y de encontrar la mejor versión y de fluir y de todo lo que siempre hablamos, pero no nos olvidemos de también ponerle media pila a las cosas que nos importan.

A las relaciones que nos hacen bien. A los proyectos que nos interesan. A los objetivos que queremos alcanzar. No nos olvidemos de hacer en el día cosas que nos podamos agradecer por la noche y de cuidar a los que nos hacen bien. No nos olvidemos de prestar atención a lo mínimo, antes de pensar en lo inmenso. No nos olvidemos de poner esfuerzo y amor y paciencia y compromiso y profesionalismo. No nos olvidemos de poner límites y de ser honestos.
Tampoco es todo un “viva la pepa” y en cuanto algo nos cuesta un poco entonces “es hora de soltar” eh.
Pongamos lo que hay que poner para evitar que las cosas se desordenen demasiado. Para que las relaciones lleguen a extremos y para que se nos agote la paciencia.
Pongamos lo que haya que poner.
Y después? Después vemos porque cuando las cosas no se van tan al carajo es más fácil ser feliz.