No todo lo que brilla es otro

 A veces el que brilla sos vos.

A veces, lo que te enamora de otro, en verdad lo tenes vos; pero estás tan acostumbrado a tirarte abajo, que te es imposible verlo.
Porque la teoría dice que todo lo que admiramos en el otro no es más que un reflejo de algo que nosotros también somos.
Y así pasa que a veces, lo que nos gusta del otro (sea quien sea) no es más que nuestro propio reflejo dejándonos ciegos de ganas. Nuestras propias victorias y nuestros propios deseos. A veces no es el otro el que te motiva a ser mejor sino vos mismo queriendo darlo todo. Asumiendo riesgos. Eligiendo. Haciendo. Siendo.
A veces el otro no es más que tu propio reflejo, dejándote ciego de potencial. Y loco de admiración, pero por tu propio camino recorrido.
A veces, el que brilla sos vos. Y sabes que?
El día que te hagas cargo de tu propio brillo entendiendo que cada uno tiene su lugar y que “hay gente para todo”, ese día... ese día si que no te para nadie... pero no por prepotente, sino porque posta, el mundo va a querer verte brillar fuerte. Porque así, les vas a recordar a los que aún no se animan, que no se trata de ver quien brilla más, sino de entender que cada uno brilla con su propia luz, a su propio tiempo y a su manera.
A veces, el que brilla no es otro. Sino vos mismo.