El secreto del cambio es enfocar toda tu energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo

 Lo nuevo, lo que todavía “no es”, se construye poniéndole atención, energía, dedicación y amor. Mucho amor.

Te propongo que dejemos de pensar y hablar sobre lo que “ya no” y todo lo que debería haber sido. Sobre lo que pasó. Lo que tiene telarañas y dolió. Te propongo que dejemos de rebuscarnos con ideas y sentimientos que pertenecen a otra época, y nos enfoquemos en lo que va pasando, pero en el “ahora”.
Hoy y un día a la vez.
Te propongo que nos enfoquemos en lo que todavía podemos construir, ordenar y ajustar. Porque al fin y al cabo, todo tiene una “lógica de ser” pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte.
Te propongo que empecemos de nuevo, pero con más tranquilidad. Te propongo que construyamos mirando lo que queremos y no tanto lo que ya no es. Empecemos de nuevo con más paciencia. Y sobre todo, con más fé. Mucha más fé, porque si hay algo que aprendí es que la fé en lo que hay hoy, y sobre todo, en lo que viene, te mantiene a flote.
La fé en lo que podes construir (aunque no tengas ni la más remota idea de cómo vas a hacerlo) es lo que te permite pensar con mayor claridad y consciencia. La fé, te permite pensar con más tranquilidad.
Y vos y yo sabemos, que cuando pensamos con tranquilidad y sin desesperarnos, confiando en lo que ya sabemos y en quienes ya sí somos, decidimos mejor.
Y cuando decidimos mejor, en general, somos más felices, sin importar el resultado.
Así que eso, tratemos de enfocarnos mejor. Con más amor y más fé y confianza en lo que ya sabemos. Porque al fin y al cabo, si llegamos hasta acá, tan tan taaaan mal no estamos no?
Pero y si no podemos construir nada “nuevo”? Si no podemos construir nada nuevo, al menos nos llevaremos el aprendizaje y eso ya es mucho más que todo.

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