Todo pasa

 Todo pasa.

Pensá que en algún momento de tu vida pasó lo que pensaste que no iba a terminar más. Y pasó también lo que pensaste que no ibas a poder pasar. Y también pasó la angustia y el miedo. Pasó el mal momento. Pasó la duda y la incertidumbre. Pasó. Todo pasó. Te acordas? Siempre pudiste. Siempre.
Y te prometo que todo lo que ahora parece no tener rumbo, va a pasar. Se va a aclarar. Va a funcionar. O no, pero vas a estar bien con eso también.
Todo pasa. Porque la vida es eso. Movimiento y quietud.
Procesos que empiezan y otros que terminan. La vida es movimiento y enseñanzas. Es fluir y dejarse llevar. Es hacer y esperar sin desesperar. Es acomodarse y desacomodarse.
Todo pasa.
Pero hay que tener paciencia. Y respetarse los tiempos y los procesos. Aunque estés en ese mismo hace semanas, meses, años.
Todo pasa, y por eso bancala. Porque cada cosa que pasa, además deja siempre una enseñanza que te impulsa a la próxima aventura con más confianza, más sabiduría. Más amor y más respeto.
Todo pasa. Pero hay que querer pasarlo también. Hay que aferrarse a quienes te sostienen cuando ni vos te podes mantener de pie y hay que también pedir ayuda cuando las cosas se te hacen pesadas.
Hay que poner de uno para pasarla, porque solo los valientes que se reconocen a sí mismos como “aventureros” se lanzan al vacío de la confianza ciega cuando parece no existir alternativa ni opción.
Todo pasa. Pero claro, no a todos nos pasa igual. Y eso, eso mi amor es lo que nos hace distintos.