La humanidad siempre ha tenido miedo de las mujeres que vuelan. Ya sea por brujas o por libres.
En otra vida fui bruja, de esas poderosas que hacían hechizos y leían mentes. De las que hacían pócimas y hablaban de cosas que nadie más entendía.
Y en esta vida, no me queda otra que volar por libre, porque la necesidad de volar no se olvida.Y ojo: que ser libre no es hacer lo que se te ocurra. Ser libre es simplemente dejarte ser quien vos necesitas ser, aunque nadie más lo entienda y aunque por momentos la soledad te invada haciéndote cuestionar todas y cada una de las decisiones que vas tomando.
Mi “nueva yo” y “yo” estamos en esa: encontrando el equilibrio entre lo que nos dijeron que teníamos que ser, lo que fuimos y lo que ya no queremos ser. Entre lo que nos gustaría y lo que nos aterra. Entre lo conocido y lo que aún no sabemos. Entre la libertad de ser y el cuidado y respeto del hacer algo con esa libertad.
Y en este aprendizaje estoy.
Sea como sea que vos decidas volar, nunca te prohíbas volar. Aunque vayas sola y aunque nadie más lo entienda.
Porque al fin y al cabo, la humanidad siempre va a tenerle miedo a lo que desafía lo que nos dijeron que teníamos que ser.
Y vos y yo sabemos que no vinimos a ser una más.
Vos y yo vinimos a hacer magia ✨.
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