Cada uno pide, se queja, y agradece lo que quiere
En la vida, cada uno puede pedir lo que quiera. Quejarse de lo que quiera y agradecer lo que quiera.
Eso si… cuando algo se sienta “raro”, no podemos hacernos los b@ludos. Cuando algo no esté sumando, tenemos que poder mirarnos, preguntarnos y animarnos.Tal vez, estemos pidiendo poco, quejándonos mucho y agradeciendo nada.
Y ahí… la vida no puede hacer más que darnos lo mínimo, exigirnos el doble y pedirnos lo que no tenemos.
Cada uno puede pedir lo que quiera siempre y cuando esté dispuesto a hacer lo que haya que hacer, y a agradecer lo que haya para agradecer y a cambiar lo que haya que cambiar en lugar de seguir quejándose por aquello que ya no me gusta, o necesito que sea diferente. Porque ya entendimos que la vida solo responde a lo que nos animamos a pedirle y entonces, si no nos animamos a ser más, a dar más y a amar más, no podemos pretender más que lo básico e indispensable.
En la vida cada uno puede pedir lo que quiera y después, es la vida la que se encarga de enseñarnos lo que aún tenemos que mejorar, apreciar y ser para recibir no necesariamente eso que pedimos, sino eso que va a hacernos estar un paso más cerca de ser quienes realmente vinimos a ser.
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