Amor

 Hay veces donde la vida te pide que le pongas una cucharadita de amor extra.

Hay veces donde te lo pide cuando sentís que posta, no tenes mas para dar. Otras veces, te lo pide a través de personas que “no se lo merecen” o de circunstancias que son tan dolorosas que no entendes como es posible siquiera pensar en amor, menos que menos “ponerle extra”.
Pero ahí está la clave de todo. Porque al fin y al cabo, hay sólo dos opciones: aprender desde el amor o desde el miedo. Porque aprender vamos a aprender igual.
Yo tengo esta cucharita real y la uso como recordatorio de que a veces, aunque no me acuerde (o no lo sienta), siempre siempre quiero elegir aprender desde el amor y con amor. Porque ya pasé mucho tiempo de esta vida aprendiendo desde el miedo y te juro que aprender desde el amor se siente mucho, pero mucho más hermoso. Y ojo, que aprender desde el amor no es todo pajaritos de colores y unicornios. Pero aprender desde el amor es una experiencia mucho más armoniosa, aún cuando el aprendizaje es doloroso.
Por eso, aprendamos siempre desde el amor y con amor.
Porque ya entendimos que no tiene sentido seguir repitiendo historias de porquería, y patrones de conducta que nos dejan siempre en el mismo lugar de sufrimiento.
Por eso, siempre, siempre siempre, ante la duda, mucho amor.
Quien te dice, si le metemos amor, nos sintamos mas seguros cuando la vida nos venga a desafiar y entonces, entendamos que no hay nada contra lo que luchar porque cuando podemos ver más allá del dolor y empezamos a ver el aprendizaje, ahí, ya ganamos todo.
Feliz vida de aprendizajes desde el amor ❤️.

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