Uno tiene que ser auténtico. Es la única manera de ser feliz
Ser auténticos… que gran dilema. Porque parece que tenemos que ser nosotros mismos, pero sin que a nadie más le moleste como somos. Tenemos que ser “honestos” pero sin decir ni hacer nada que los demás puedan juzgar como “negativo”. Ser auténticos pero según las reglas y los “deberes seres” establecidos dejando de lado lo que nos pasa para complacer lo que “se supone” que hay que hacer. Y sorry, pero eso no es ser auténticos.
Y ojo que ser auténticos tampoco es ser como a vos se te ocurra “cag@ndote” en los demás o solamente pensando en vos. Eso es cualquier cosa menos ser auténtico.Ser auténticos es ser coherentes con lo que pensamos y sentimos.
Ser auténticos es hacer y elegir en consciencia y congruencia con la vida que queremos construir aunque nadie más lo entienda ni lo apoye.
Ser auténticos es tener tus verdades y respetar las del otro. Ser auténtico es aprender de tus errores, es tener ganas de hablar, de sumar, de explicar. De compartir. Eso es ser auténtico.
Porque en un mundo que nos exige que seamos “nosotros” pero “no de esa forma”, ser auténtico es lo único que nos va a salvar de la mediocridad de ser “como todos” que en definitiva es lo mismo que no ser nadie.
Y vos y yo no vinimos a ser como todos. Vos y yo vinimos a ser realmente felices.
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