No duele para que sufras, duele para que te mires

 Claro que no.

No todo lo que duele es negativo ni esta pasándote para que sufras.
A veces lo que duele es lo que estamos sanando. Lo que està cicatrizando y por eso duele: para que te mires y te cuides.
De la misma forma que cuando una herida en la piel está cicatrizando a veces pica, molesta o duele, en el ámbito emocional nos pasa lo mismo.
A veces lo que duele es justamente el proceso de “arreglo” o “sanación”. A veces lo que duele es lo que estamos trabajando, asimilando, procesando, resolviendo. Trasmutando.
Así que, cuando te sientas doler, no le escapes a la emoción, ni a la incomodidad de sentir lo que haya que sentir. Cuando duela, date tiempo. Date permiso para sentir intensamente. Para no saber. Para no poder resolver. Cuando duela, anímate a sentirte doler. Cuando duela mírate, cuídate, sostenete mientras te duele.
Quién te dice, tal vez lo que hoy duele, mañana haya cicatrizado y no necesite doler más.

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