Para hacer espacio a los principios, empecemos a asumir los finales

 Para que haya principios, tiene que haber finales. Es obvio. Pero cuantas veces nos quedamos aferrados a una idea, pensamiento, creencia, relación, experiencia?

¿Cuántas veces nos quedamos en lo que ya no es, y aún sabiendo que ya no es, no podemos avanzar?
Para que haya principios, tenemos que bancar los finales. Los cierres. Los “ya no”
Para que haya principios tenemos que estar dispuestos a vivir nuevas experiencias. A construir nuevas relaciones. A tener otras responsabilidades, rutinas, creencias.
Porque no hay peor deseo que aquel que no se persigue por falta de valor y de flexibilidad para lidiar con la transición entre lo que está terminando y lo que aún no empieza.
Feliz día de cerrar, ordenar, delimitar, lo que “ya no” para darle lugar y espacio a todo eso que “ahora si”.
Vos, tenes cosas por terminar y empezar?