Elegir es crecer

 Elegir es darte permiso para ser, para cambiar, para experimentar. Decidir es jugártela por lo que vos crees que es lo correcto en ese instante. Decidir es sentir que podes. Es hacerte cargo de tu propia vida.

Por qué cuando algo ya no funciona, cuando algo es “ tóxico” (una relación, tu trabajo, tu rutina) si vos no te moves, el tóxico sos vos.
Cuando te sentas a esperar que “todo pase” o que la “vida” decida por vos, es cuando nada cambia (salvo la intensidad de la ansiedad que te carcome por dentro).
Cuando no tomas una decisión es cuando nada mejora. Cuando nada se mueve.
De la misma forma que cuando el agua no circula y se estanca en un lugar, se pudre, nuestra esperanza también se empieza a “pudrir” cuando no decidimos, cuando nos quedamos en el “esperar” o en el “no se” o “me da lo mismo”.
Decidir no siempre es fácil pero siempre, siempre, siempre trae crecimiento.
Y léeme bien: porque no se trata de ir decidiendo al azar cualquier cosa sin pensarlo. Porque para decidir, primero hay que saber qué es lo que uno quiere (o ya no quiere).
Decidir es animarte a preguntarte y sobre todo, es animarte a responderte.
Si no estás avanzando, creciendo o evolucionando, seguramente haya decisiones que no estás pudiendo tomar.
Y no pasa nada. Pero una vez que esté listo, anímate a crecer. A moverte. A salir de donde ya sabes que no queres estar más. Aunque no sepas CÓMO vas a hacerlo.
Porque para saber cómo, primero hay que saber què.
Crecer duele. Pero más duele quedarte donde ya sabes que no perteneces.
Feliz vida de empezar a elegir, para construir la vida que decimos querer. ❤️‍🔥.