La revolución es de adentro hacia afuera

 Las revoluciones siempre empiezan en el alma. En la incomodidad del “ya no” .

En los proyectos que parecen inalcanzables, y en las ideas descabelladas. En los “que pasaría si…?” que nos llenan de intriga y nos cuestionan los límites.
Las revoluciones empiezan como un fueguito chiquito que da un poquito de calor en medio de una noche helada y van creciendo y calentando a medida que le prestamos más y más atención hasta que un día, ese fuego es tan grande que ya no es necesario cuidarlo del viento, porque ahora es el viento el que le teme al fuego.
Por eso es que es muy importante entrenar la mente para que aprenda a cuidar los fuegos que el alma sabe van a traer revolución y expansión. Y tan importante como entrenar la mente, es rodearse de personas que cuando te canses de alimentar ese fuego, en lugar de sentarse a descansar con vos, se encarguen de mantener la llama viva hasta que decidas volver.
Por eso es que las revoluciones son de adentro hacia afuera, porque cuando te rodeas de revolucionarios que se animan, no te queda otra que dejar de tener miedo y lanzarte al fuego de tu propia alma.
Feliz vida de prendernos fuego.