Los saltos cuánticos no se obligan y no se empujan. Los saltos cuánticos se acompañan
Llamamos Salto Cuántico a un gran cambio.
A un movimiento que (buscado o no) nos sacude el piso. Nos mueve la estantería. Nos descoloca y “nos mete en una”.Un salto cuántico es un movimiento que no esperábamos (o si). Un cambio en la rutina, en el sentir, el hacer, el pensar. Un movimiento tan grande (o tan pequeño) que desata un tsunami de emociones y reacciones y pensamientos y deseos.
(Y ojo porque este tsunami existencial no siempre se ve. Hay personas que son expertas en disimular los tsunamis existenciales).
Y es por la magnitud del cambio que generan en uno, que los saltos cuánticos no se deben (ni se pueden) apurar. Y tampoco se deben (ni pueden) empujar.
Los saltos cuánticos se deben simplemente acompañar.
Con amor y espacio. Con paciencia y compasión. Se deben acompañar con palabras y silencios. Con elecciones y con acciones pero también con dudas y quietud.
Porque cuando los cambios se apuran, se arruinan.
Que siempre seamos lo suficientemente sabios para esperarnos en los grandes cambios ❤️🔥
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