Nada es imposible cuando sabes que la vida conspira a tu favor

 Nada es imposible cuando sabes que la vida conspira a tu favor.

Nada es imposible cuando no te importa el cómo, ni el cuando, ni el donde, porque lo que alimenta tu compromiso no se puede medir.
Nada es imposible cuando confías ciegamente en que lo que es para vos, no se pasa de largo. Cuando juras aun sin tener pruebas, que en el Universo no hay errores y que lo que está destinado a encontrarte, nunca jamás se pierde en el camino.
Nada es imposible cuando te levantas, haces, pedis, probas. Nada es imposible cuando no contas días, ni horas sino señales y sincronicidades. Nada es imposible cuando te arriesgas y usas solamente tu fé como paracaídas.
Nada es imposible cuando haces oídos sordos a los desconfiados que miran pasar las oportunidades por miedo a ser verdaderamente felices. Nada es imposible cuando alineas lo que piensas, lo que decis y lo que haces. Nada es imposible cuando sabes que el Universo está de tu lado. Esperando que te subas a esa idea que parece locamente hermosa pero no tenes ni idea como hacerla realidad. Nada es imposible cuando dejas de dudar y empezar a confiar.
Animemonos a lo imposible. A lo descabellado. A lo que nuestro yo del pasado miraría desconfiado pero orgulloso sabiendo que quienes escriben historias, son los que no le temen a su propia vulnerabilidad.
Feliz vida de ser extremadamente valientes sabiendo que los sueños están para graduarse de ellos.