A este mundo vinimos a darnos cuenta
A este mundo, venimos a darnos cuenta
Venimos a darnos cuenta de lo que estamos haciendo “mal” y de lo que hacemos “bien”. De lo que “funciona” y de lo que “no”.Venimos a darnos cuenta de lo grande que es nuestra alma y del potencial que tenemos. De lo pequeños que nos sentimos en algunos momentos, y de lo grandes que podemos ser cuando alguien nos mira con confianza.
Venimos a darnos cuenta de la cantidad de creencias que guardamos y defendemos, de la importancia de tener una mente que encuentra la paz y lo difícil que es vivir con una mente en guerra.
Venimos a darnos cuenta de la importancia de cuidar nuestro cuerpo y nuestros deseos.
Venimos a darnos cuenta de lo poco que entendemos de todo, de lo inútiles que son los sueños cuando no podemos compartirlos, de lo mucho que nos cuesta cuidar lo que ya tenemos y lo mucho que nos distraemos pensando en el futuro en lugar de abrazar lo que hoy podemos tocar, sentir, abrazar. Venimos a darnos cuenta, de que aunque intentemos, no podemos controlar nada, salvo, la manera en la que nos comportamos frente a lo que nos pasa.
A este mundo vinimos a darnos cuenta de todo eso y de mil cosas más. Pero sobre todo vinimos a darnos cuenta de lo “poco” que en verdad necesitamos para sentirnos plenos, y del inmenso trabajo que se requiere para llegar a ese “poco”.
Venimos a este mundo a jugar no saber nada, para recordarlo todo. Y Venimos principalmente a darnos cuenta de quienes somos en verdad cuando nadie nos mira y el corazón nos habla.
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