Tu peor batalla será tu mayor bendición

 De verdad, todo eso que vivimos y nos pide que salgamos de lo que conocemos, sabemos, creemos y juramos “cierto”, es lo que en verdad nos enseña, nos moldea y nos ayuda a evolucionar. Todas esas horas, días, meses y años que a veces pasamos librando “batallas” que tal vez nadie conoce (o si pero no en la profundidad ni detalle con el que lo vive quién está atravesándolo) son los pequeños ladrillos con los que si ponemos consciencia, construimos el futuro que decimos querer.

Y ojo, porque tal vez ese aprendizaje no sea instantáneo. Ni coherente. Ni sea fácil de entender. Pero ese aprendizaje, es el que en definitiva nos acerca a esa versión nuestra que espera ansiosa a que demos el paso. A que salgamos de lo conocido. A que cuidemos lo que nos hace bien y valoremos lo que ya tenemos y somos y logramos.
Al fin y al cabo, la Vida parecería nunca darnos nada para lo que no estemos listos, aún cuando no lo podamos ver ni entender.
Que siempre podamos atravesar batallas, sabiendo que del otro lado del miedo y la angustia, vive esa versión nuestra, que nos espera orgullosa de vernos atravesar el infierno sabiendo que siempre lo mejor está por venir.