Armarle las valijas a la que nunca más quiero volver a ser

 ¿Sabés cuál es la parte más difícil de cualquier cambio? Darte cuenta de que hay algo de tu forma de ser que ya no es igual. Darte cuenta de que de ahora en adelante vas a tener que renunciar a esa parte tuya que sigue viviendo en el pasado. Que sigue repitiéndote la misma historia una y otra vez.

Por que al final del día se trata de quién sos y no de lo que haces. Se trata de tener el coraje necesario para ir despojándote de esas capas tuyas que te cubren y te impiden ser quien realmente queres ser. La incomodidad del cambio es justamente eso: darse cuenta de que para llegar a donde queres, vas a tener que atravesar esa metamorfosis personal donde tal vez te deshagas de esas cosas tan tuyas que dejes de ser quien sos.

Y en eso estamos todos. Vamos del balance a la negación y a la justificación. Y nos paseamos entre el miedo al cambio, la alegría de lo nuevo, la ansiedad por lo que aún no es... estamos armando valijas de personalidad. Valijas de vivencias y de sentimientos. Valijas a partes nuestras que ya no nos sirven. Y eso da miedo. Pero sabemos que es necesario.

Y sabés porque? Porque la vida es para los que nos animamos a cambiar. A re inventarnos. A re encontrarnos con nosotros mismos. La vida es para quienes se animan a dejar de ser quienes son sin saber en quienes se van a convertir.

Hoy, te invito a que vos también empieces a hacerle las valijas a esas partes tuyas que ya no son vos. A esas partes tuyas que ya (aunque duela) no queres seguir cargando.

Lo mejor esta por venir. Te lo prometo. 💙

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