Anímate a pedir en grande. Quien te dice, ya estemos listos para empezar a cumplir sueños
Anímate a pedir en grande. Nunca sabes lo que hay para vos detrás de la metamorfosis del cambio. Dicen los que saben que cuando el corazón susurra el alma escucha y entonces se pone en marcha el plan universal que nos lleva a la aventura de la transformación personal.
Y dicen que es ahí, en ese instante donde aceptamos dar el primer paso, que comienza la metamorfosis más noble y real a la que un ser humano se puede animar: la aventura de convertirse en tu nuevo yo.
Esa versión tuya que sabes que puja por hacerse lugar. Esa versión tuya que ya te habla hace tiempo y solo espera el momento correcto. Esa versión tuya que no está acá por casualidad, sino que está acá producto de todas las mini (gigantes) crisis que venís viviendo.
La particularidad del nuevo yo, es que tiende a ser mucho más intenso, lanzado y seguro que la versión que estamos dejando de ser, y eso asusta. Asusta porque en el fondo nos conocemos y sabemos que ser esta nueva versión traerá caos al pequeño mundo de cristal que hemos construido y aunque nos digamos una y otra vez que no es necesario avanzar, sabemos que la aventura recién comienza.
En algún lugar leí que la mariposa no necesita un milagro sino que necesita un proceso y es justamente ese proceso al que nos lanzamos cuando decidimos ir tras lo que deseamos para esta nueva versión. Y pasa que la aventura se vuelve complicada por momentos. Y entonces dudamos. Lloramos y pataleamos frente a la incomodidad que aprieta para que cambiemos.
Nadie dijo que ir tras lo que soñamos seria fácil. Nadie dijo que entre el ruido mental que aturde cuando las cosas empiezan a cambiar, y la incertidumbre pesando en los hombros, encontraríamos paz ni claridad instantánea.
Nadie nos aseguró caminos de arcoíris ni desafíos a la altura de quienes fuimos hace solamente un par de meses atrás. Sin embargo, el llamado del alma no se puede ignorar y ahí vamos. A embarcarnos en una nueva aventura que tal vez ni siquiera elegimos conscientemente.
Lo que si sabemos, es que en el camino de la transformación, quien se resiste pierde y quien desespera y renuncia antes de tiempo.
Por eso, si de transformación se trata, dame siempre poder confiar en que la incomodidad del momento se transformará en ladrillos para el futuro y dame siempre rodearme de otros locos aventureros que cuando yo empiece a dudar, me señalen el camino hacía adelante, siempre hacía adelante.
Porque la realidad es que nadie dijo que sería fácil, pero nosotros no medimos la vida en fácil o difícil, medimos la vida en transformador o mediocre, y ya entendimos que no hay nada más fácil que resistir a tu propia evolución.
Feliz semana de animarse a la metamorfosis de la propia evolución !!
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