Dejar morir esa versión mía que ya no soy es la parte más dificil de todo cambio
Dicen los que saben, que la parte más difícil de todo cambio, es la de aceptar que ya no somos quienes éramos.
Aceptar que lo que hasta ayer funcionaba hoy ya no pertenece al mundo ideal, es uno de los pasos más difíciles de internalizar cuando estamos en la mitad del cambio al que nos empuja el crecimiento interno.Aceptar que ya no somos quienes fuimos, es la parte más incómoda. Y la más dolorosa. La más dura.
Y la más necesaria.
Aceptar que parte de lo que nos mantiene estancados en la incomodidad del ahora, es lo mucho que nos estamos aferrando a lo que ya no es, no existe o no pasa, es lo mas jodido de todo el proceso. Porque una vez que dejamos de resistir, empezamos a sentir.
A sentir el dolor de lo que dejamos atrás. La nostalgia de lo que una vez fue y la indomable duda mezclada con culpa por ser quienes nos estamos animando a elegir ser. Y todo esto pasa aunque el cambio lo hayamos elegido. Lo hayamos soñado y lo hagamos convencidos de que “ese” es el camino correcto.
Y pienso que tal vez se trate menos de dejar morir, y más de “permitir nacer”. Tal vez no se trate tanto de “dejarme morir” sino más de permitirme vivir. De darme la bienvenida en esta nueva versión, confiando en todas mis versiones “anteriores” que me trajeron hasta acá y me miran orgullosas de saberme valiente una vez más.
Tal vez se trate de confiar más en lo que “podemos ser” y no tanto en lo que “una vez fuimos”. Tal vez se trate de permitirnos todo. La duda por la elección y la convicción del alma. Las decisiones correctas y la tristeza de la valentía. Porque acaso alguien creía que ser valiente es no sentir?
Que julio nos traiga permisión y amor para emocionarnos más por lo que viene, que por lo que termina ❤️
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