No le eches tanta mente
Meterle tanta mente a veces es contraproducente.
Creerte que podes entender, planificar, pensar, digitar y controlar todo, es muchas veces lo que no te deja moverte de dónde estás, o lo que te lleva nuevamente al mismo lugar, a los mismos tipos de relaciones, de patrones que se repiten una y otra vez. Porque cuando estás convencido de que la única forma es la tuya, es donde no te permitís ver otras opciones, otras maneras. Pero por sobre todo, es cuando le quitas la posibilidad al Universo de que se “entrometa” y te sorprenda.Hay cosas que se deben pensar porque tampoco se trata de ir por la vida como un barrilete cósmico que no piensa ni tiene un objetivo claro. Pero también hay que aprender a sentir. A sentir lo que tu alma, tu intuición, tu ser superior (o como quieras llamarlo) te está marcando. Porque muchas veces, esa intuición es la sabiduría hablando fuerte.
Pensar y empezar a ser conscientes de que muchas veces en verdad no sabemos ni entendemos nada, es el primer paso para salir de los laberintos mentales en los que nos metemos.
Metamosle menos mente, más amor y más intuición.
Y después? Después vemos, tal vez ya no haya nada que pensar y todo por sentir.
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