Toca curarse el alma a solas

 Hay un momento de todos los procesos, donde toca quedarse en soledad. Donde toca enfrentarse a los fantasmas ya conocidos del pasado, y a los que imaginamos del futuro, pero solos. Sin la compañía de nadie más que la de nuestra propia alma y nuestro propio saber.

Hay un momento en todo proceso, donde la incomodidad es tan grande que sentís que el cuerpo se te va a romper en mil pedazos y el malestar va a salirte por los poros y hay otro momento donde te sentís Mini. Pequeño. Insignificante y pobre. Muy pobre y desalentado. Y en estos momentos es donde más resistimos la soledad del Alma porque a nadie le gusta mirarse de frente y reconocerse responsable.
Y es por que todos hemos atravesado y seguiremos atravesando procesos que hay momentos, donde toca curarse solo. Uno a uno mismo. Sin chistar y sin reprochar. Toca hacerse cargo de las elecciones, los errores, las dudas y los defectos. El amor y las aventuras. Al fin y al cabo nadie es perfecto no? Pero ojo porque hacerse cargo no es darse con un látigo ni tampoco es señalar al otro como el responsable de dicho malestar.
Por que curarse el alma solo es darle espacio y tiempo a la incomodidad para que te muestre y te cuente, dónde hay trabajo aún por hacer. Dónde quedan aprendizajes por cumplir y heridas por limpiar.
Hay momentos donde toca curarse el alma para darle espacio y lugar a lo que ya está esperando por vos.
Eso, hay veces donde toca curarse el alma solo, para compartir la vida con quienes saben esperarnos.

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