Es el amor el que hace la revolución

Dicen que el opuesto del amor no es el odio, sino el miedo. Y tiene sentido porque el miedo paraliza y el amor te hace correr hacía la vida.

Y es por eso que la verdadera revolución la hace el amor. El verdadero cambio, está al alcance de la mente. En los pequeños detalles que elegimos hacer con amor y no en las grandes hazañas que logramos a costa de dudas, miedos y críticas. 

Porque es el amor que le ponemos al día lo que hace la diferencia. Es el amor que buscamos en nosotros cuando nada más funciona, lo que puede cambiar la realidad. Es lo que parece pequeño pero es en realidad, intensamente enorme.

Es el amor con el que pensamos y hacemos lo que cambia la realidad. El mensaje que volves a escribir, la crítica que te guardas, la compasión con la que miras. Es el ego que elegís silenciar y el alma que te dedicas a cuidar. Es la charla a la que elegís ir para dejarte transformar y es el abrazo al que te resistís por la tensión que siente quien se niega a ser vulnerable. 

Eso es lo que hace la diferencia: el amor que te permitís entregar cuando no queda nada más para dar. 

Porque la revolución parece empezar ahí afuera pero en verdad siempre, siempre, siempre empieza adentro. En la mente. En casa. En la pareja. En la familia. En lo pequeño que es en verdad, inmenso.

Y que revolucionario es elegir amor cuando el mundo nos pide separación. Que revolucionario es sonreír, pedir, preguntar, agradecer, dar y volver a agradecer cuando parecería más fácil gritar, quitar, suponer y obligar.

Nosé si siempre se puede sentir amor, pero si sé que el amor está siempre disponible y solo quienes se animan a darlo sin medida pueden convivir con los miedos que nos invaden por el simple hecho de estar vivos. 

Feliz semana de ser lo que hay que ser para elegir siempre el amor por sobre el miedo.